“UN OBELISCO NO HABLA EN FEMENINO”.
Llamar “Parque de la Mujer” a un espacio de apenas 250 m² entre calles y contenes no lo convierte en un homenaje, sino en una excusa estética. Mucho menos si el protagonista sigue siendo un “obelisco”, símbolo masculino por excelencia.
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| Vista sur del actual Parque De La Mujer (Obelisco). |
El obelisco —de origen egipcio— era una estructura pétrea y vertical que representaba los rayos del sol y el poder divino del dios Ra. Con el tiempo, pasó a encarnar la fuerza, la dominación y la autoridad de los imperios y los hombres que se erigían sobre otros. Es, por esencia, un emblema de poder masculino y de verticalidad jerárquica.
Por tanto, este monumento vertical, hijo del poder patriarcal, no representa la ternura, la fuerza ni la sabiduría que, desde la sencillez humana, encarnaron Orfelina Pillier, Luciola Pión, Tarcila Valdéz y Evangelina Perozo.
La mujer higüeyana —pilar de lucha, trabajo y dignidad— merece más que un rincón residual disfrazado de parque. Aunque la intención del Ministerio de Turismo de asumir la revalorización de este espacio, no deja de ser loable, la morfología del mismo sigue siendo la de un espacio residual, ya que el respeto se demuestra en la escala, en la intención y en la coherencia del diseño urbano, no en la pintura fresca de una obra sin alma.
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| David Collado —ministro de turismo— dejó iniciados los trabajos de reconstrucción del Parque De La Mujer (Obelisco) en Higüey. El proyecto tendrá una inversión de RD$7,687,803. |
Un homenaje auténtico requeriría un proyecto urbano integral, con contenido histórico y diseño inclusivo, quizá en otro punto de mayor representatividad social o simbólica de la mujer higüeyana.









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